12 Mar Taller de gestión emocional para adolescentes
El pasado mes de Febrero, àrtia participó en el proyecto sostenido desde hace tres años por APPA (Associació de Psicòlogues i Psicòlegs de l’ Anoia) en un instituto de bachillerato de la provincia de Barcelona, donde cuatro profesionales de la psicología realizamos talleres de gestión emocional para adolescentes.
En esta ocasión propusimos trabajar las emociones nocivas y las saludables, también con materiales artísticos, utilizando todo el espacio, la corporalidad y la libertad de expresión en un marco contenido.
Fueron ellos y ellas quienes, protagonistas, definieron los conceptos verbal, gráfica y corporalmente.
Utilizamos tres medios de expresión, con tres lenguajes distintos de comunicación, para que cada participante pudiera sentirse con la comodidad de poder hacerse presente a su manera.
Los y las profesores/as estuvieron presentes, la mayoría en una actitud de observación, lo cual dio lugar a que pudieran ver a sus alumnos/as desde otro lugar, sorprendiéndose en algunos casos de aportaciones y conductas que no emergen en lo cotidiano de forma habitual.
Esta experiencia lleva al planteo de numerosas cuestiones:
- En primer lugar, a la reflexión profunda sobre la gran y creciente necesidad que los y las adolescentes tienen de expresarse, definirse y ser escuchados sin juicio, para poder comprenderse a sí mismos. Necesitan de sus amigos cerca y de los adultos centrados que, con cariño y firmeza sostengan, comprendan y den espacio a sus identidades que pujan por concretarse.
- Las relaciones humanas siguen siendo el principal caldo de cultivo de evolución personal. Si el foco se mantiene fuera y lejos del yo, dando mayor importancia a lo que los demás puedan pensar u opinar, en lugar de lo que a mí me está movilizando y qué estoy a su vez aportando a los demás, la convivencia cada vez va a ser más y más compleja. Y tomemos en cuenta que, casi en un 99%, lo que nos mueve es la emoción.
- Es muy importante prestar atención a todos aquellos elementos que apuntan hacia emociones de rabia y tristeza de alta intensidad (visibles muchas veces como una conducta habitualmente desafiante o evitativa), así como los estados de personalidad abatida, desmotivada, incrédula y decepcionada ante la vida, lo cual quizá no es tan visible, pero tiene consecuencias nefastas para el individuo y la sociedad.
- Quizá, a veces, nos faltan recursos para dar alcance a todo cuanto se nos pone por delante, pero la parte buena de ello es que siempre podemos darles alcance, compartirlos y seguir aprendiendo.
- Para ofrecer un contrapeso a esta penúltima reflexión, y seguir apoyando la anterior, hay que destacar que, por poco espacio y atención sostenida y segura que se le de a una persona que la necesita, la recuperación y reestructuración se hacen rápidamente evidentes. Solo hace falta poner ojos, oídos y medios para que se produzca.
- Añadir en las reflexiones que, cuando recurrimos a lenguajes alternativos al verbal, usando recursos y materiales enfocados para ofrecer espacios muy concretos para facilitar la expresión, las emociones, inquietudes, dudas, miedos, esperanzas y deseos surgen sin casi esfuerzo alguno.
- Por último, para seguir insistiendo en ello, es absolutamente necesario que profesionales de distintas áreas y personas implicadas en un proceso (adolescentes, niños, familias, comunidad) podamos establecer entre nosotros una comunicación más fluida, apostando por el trabajo inter/transdisciplinar de continuidad.
Agradecer a APPA por la posibilidad de estos talleres, así como al instituto que lo hizo posible.
El nombre del instituto, así como la imagen de los participantes adolescentes, los mantengo en anonimato por si, alguno de ellos no quisiera ser reconocido de modo alguno. Muchas gracias por estos encuentros.